jueves, 26 de mayo de 2011

El Banco Popular condenado a pagar más de 89.000.- Euros por la realización de horas extraordinarias fraudulentas


La ampliación diaria de la jornada laboral que tradicionalmente se lleva a cabo en el Banco Popular, supone la realización de horas extraordinarias fraudulentas.

Tal afirmación, reiteradamente defendida por CGT desde hace muchos años, ha sido nuevamente ratificada por sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León, que condena al Banco Popular a pagar 86.527,78 € por la liquidación de cuotas impagadas a la Seguridad Social y una multa de 3.005,06 € por la comisión de la infracción. No es la primera vez que la Inspección de Trabajo y los tribunales se pronuncian sobre la ilegalidad de las prolongaciones de jornada, pero en esta ocasión un Tribunal Superior viene a darnos la razón al desestimar íntegramente todas las alegaciones y argumentos de esta empresa para encubrir la felonía.

El fraude, ha sido evidenciado tras comprobarse los registros de apertura y cierre de los terminales informáticos de la Oficina Principal y Servicios Centrales de Banco de Castilla en Salamanca, en veinte meses consecutivos desde enero 2004.

La sentencia, que es firme y no admite recurso, pone la guinda a una larga travesía emprendida por CGT ininterrumpidamente desde 1985 en la que hemos ido acumulando experiencia. En función de los resultados obtenidos, en el año 2005 iniciábamos numerosas denuncias por la realización de horas extraordinarias fraudulentas que abarcaban la totalidad del entonces Grupo Banco Popular, con nuevos planteamientos de los que hoy obtenemos la sentencia.

La Dirección del Banco Popular debería reflexionar en su estrategia que, largamente auspiciada y aún en la actualidad recomendada y alentada por toda clase de siniestros personajillos entusiastas del más rancio abuso empresarial, la lleva a detraer más de 89.000.- € de beneficios que tanto cuesta conseguir. Y no es sólo una cuestión económica sino de decencia empresarial, someter a los empleados a la constante elección entre vida privada y horas y horas, las más de las veces inútiles, de permanencia al servicio de la empresa cuando allá por el año 1886 se instauró la jornada laboral de 8 horas. ¿Adónde queda la conciliación, dónde las medidas de fomento de la igualdad?

Es preciso destacar, por su rabiosa actualidad, la ofensiva sin precedentes que supuso y supone mantener este mismo esquema de pensamiento empresarial antediluviano ni entendido ni tolerado en países de nuestro entorno, cuando se trasladó al Acuerdo de Modificación de Jornada y Horarios de Diciembre 2009, que CGT no firmó, toda la estrategia para eludir con descaro descomunal el control de la jornada, para introducir de tacada la flexibilidad, unidireccional en la práctica; el nombramiento de administrativos comerciales y el trabajo en tardes, haciendo del horario diario, más exclusivamente que nunca, sólo una referencia.

A pesar de las circunstancias actuales y de las consecuencias que la mencionada sentencia pudiera haber tenido de haberse mantenido las condiciones en las que se logró, en CGT seguiremos trabajando en todos los escenarios posibles, para erradicar definitivamente las prolongaciones de jornada de nuestro entorno por considerarlas no ajustadas a derecho, abusivas e insolidarias con los millones de parados existentes en el país. ¿Puede alguien con sentido común, parientes y familiares en paro o sometidos al abuso empresarial entenderlo?

Salud.  


viernes, 20 de mayo de 2011

Manifiesto ¡DEMOCRACIA REAL YA!

Somos personas normales y corrientes. Somos como tú: gente que se levanta por las mañanas para estudiar, para trabajar o para buscar trabajo, gente que tiene familia y amigos. Gente que trabaja duro todos los días para vivir y dar un futuro mejor a los que nos rodean.
Unos nos consideramos más progresistas, otros más conservadores. Unos creyentes, otros no. Unos tenemos ideologías bien definidas, otros nos consideramos apolíticos… Pero todos estamos preocupados e indignados por el panorama político, económico y social que vemos a nuestro alrededor. Por la corrupción de los políticos, empresarios, banqueros… Por la indefensión del ciudadano de a pie.
Esta situación nos hace daño a todos diariamente. Pero si todos nos unimos, podemos cambiarla. Es hora de ponerse en movimiento, hora de construir entre todos una sociedad mejor. Por ello sostenemos firmemente lo siguiente:
  • Las prioridades de toda sociedad avanzada han de ser la igualdad, el progreso, la solidaridad, el libre acceso a la cultura, la sostenibilidad ecológica y el desarrollo, el bienestar y la felicidad de las personas.
  • Existen unos derechos básicos que deberían estar cubiertos en estas sociedades: derecho a la vivienda, al trabajo, a la cultura, a la salud, a la educación, a la participación política, al libre desarrollo personal, y derecho al consumo de los bienes necesarios para una vida sana y feliz.
  • El actual funcionamiento de nuestro sistema económico y gubernamental no atiende a estas prioridades y es un obstáculo para el progreso de la humanidad.
  • La democracia parte del pueblo (demos=pueblo; cracia=gobierno) así que el gobierno debe ser del pueblo. Sin embargo, en este país la mayor parte de la clase política ni siquiera nos escucha. Sus funciones deberían ser la de llevar nuestra voz a las instituciones, facilitando la participación política ciudadana mediante cauces directos y procurando el mayor beneficio para el grueso de la sociedad, no la de enriquecerse y medrar a nuestra costa, atendiendo tan sólo a los dictados de los grandes poderes económicos y aferrándose al poder a través de una dictadura partitocrática encabezada por las inamovibles siglas del PPSOE.
  • El ansia y acumulación de poder en unos pocos genera desigualdad, crispación e injusticia, lo cual conduce a la violencia, que rechazamos. El obsoleto y antinatural modelo económico vigente bloquea la maquinaria social en una espiral que se consume a sí misma enriqueciendo a unos pocos y sumiendo en la pobreza y la escasez al resto. Hasta el colapso.
  • La voluntad y fin del sistema es la acumulación de dinero, primándola por encima de la eficacia y el bienestar de la sociedad. Despilfarrando recursos, destruyendo el planeta, generando desempleo y consumidores infelices.
  • Los ciudadanos formamos parte del engranaje de una máquina destinada a enriquecer a una minoría que no sabe ni de nuestras necesidades. Somos anónimos, pero sin nosotros nada de esto existiría, pues nosotros movemos el mundo.
  • Si como sociedad aprendemos a no fiar nuestro futuro a una abstracta rentabilidad económica que nunca redunda en beneficio de la mayoría, podremos eliminar los abusos y carencias que todos sufrimos.
  • Es necesaria una Revolución Ética. Hemos puesto el dinero por encima del Ser Humano y tenemos que ponerlo a nuestro servicio. Somos personas, no productos del mercado. No soy sólo lo que compro, por qué lo compro y a quién se lo compro.

Por todo lo anterior, estoy indignado.
Creo que puedo cambiarlo.
Creo que puedo ayudar.
Sé que unidos podemos.
Sal con nosotros. Es tu derecho.