jueves, 1 de diciembre de 2011

Oficinas bajo mínimos.

Llevamos tiempo denunciando en los distintos foros en los que participa CGT, la irrefrenable pasión por el abuso, lo desmedido y el paroxismo desorbitado de cierta casta de dirigentes de esta casa. Muchas veces hemos contrastado la diferencia acusada entre el pensamiento y los deseos de la Alta Dirección y los hechos protagonizados por la caterva de agresores que suplen su incapacidad con intimidación hacia los demás. Sin embargo, es difícilmente creíble que la denuncia que os hacemos llegar hoy no cuente con el aval de los brahmanes de nuestra entidad, pues no parece que en esta ocasión puedan escudarse en una segunda línea de mandamases ejecutores.

La destrucción constante de empleo en el Banco Popular es un proyecto especialmente diseñado a largo plazo que llevamos tiempo padeciendo y que se manifiesta, entre otras cuestiones, mediante la exteriorización constante de las funciones encomendadas a Servicios Centrales, la desaparición de los equipos de ayuda, la amortización desmesurada del número de empleados en la red comercial, la sobrecarga de trabajo ilimitada y la incongruencia de múltiples objetivos, más que por las cifras de empleados que aparecen plasmadas en la fría Memoria anual.

Siendo conscientes de la gravedad de las cuestiones expuestas que sacrifican directamente y sin tapujos empleos por eficiencia, la barbaridad llega a su extremo cuando nos encontramos ante la estrambótica situación de que, por todo el Estado están diseminadas 363 oficinas en una situación muy precaria de personal; de ellas, 62 cuentan exclusivamente con un empleado, y en el resto (301), su plantilla está compuesta por el considerable número de dos empleados.

Es necesario llamar la atención sobre el hecho de que aproximadamente el 19 % de la red está en la UVI, y es especialmente grave porque más allá de que 664 empleados, –casi el 7,5% del personal destinado en oficinas,- vean automáticamente disminuidas sus posibilidades de acceder a medidas de conciliación, vacaciones, licencias, permisos retribuidos o sin retribuir, etc., ocasionando una multiplicidad de situaciones problemáticas a los departamentos de RR. HH.. Con este proceder, de forma indubitativa, se está poniendo en peligro la salud física y mental de quienes particularmente están afectados, sin olvidar que la pandemia acaba extendiéndose y perturbando a la totalidad.

Por consiguiente, desde aquí reclamamos a nuestra Alta Dirección que sea sensible a esta situación y que como la primera y más importante medida de conciliación y de prevención de riesgos laborales que pueda ser tomada en beneficio de la propia entidad; antes de eliminar un solo puesto de trabajo de los excedentes previsibles con motivo de la integración de B. Pastor en Banco Popular, se incremente la plantilla de las citadas oficinas solucionando la cuestión denunciada.

Igualmente reclamamos a los compañeros y compañeras que en la actualidad o en el futuro se vean inmersos en alguna de las problemáticas descritas, que se pongan en contacto con los delegados de CGT, o con esta Sección Sindical directamente, por cualquiera de los medios indicados al píe de página, en la seguridad de que recibirán la debida atención a sus inquietudes. Salud.