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on el comienzo del nuevo año y
continuando con la tradición los compañeros Directores de las distintas
oficinas de nuestro banco siguen siendo convocados a reuniones por las
distintas Direcciones Territoriales.
Si alguien aún conserva la ilusión
de que se trata de reuniones donde se va a valorar el considerable trabajo
hasta ahora realizado, reconociendo los muchos logros conseguidos y agradecer
-un poquito- el gran esfuerzo realizado, está a punto de equivocarse. Es bastante frecuente que en este tipo de
reuniones se expongan los nuevos objetivos por los que trabajar, se planteen
estrategias y se establezcan las directrices para afrontar estos desafíos. Pero
sin tener en cuenta lo difícil que resulta obtener resultados en el contexto
que nos movemos, no estaría de más que las personas que van a dirigir estas
reuniones se esforzasen también, o al menos de vez en cuando, en motivarnos y
dar aliento.
Desde CGT detectamos, además que estas reuniones suelen estar dirigidas
por personas con exceso de liderazgo, cargadas de arrogancia donde se suele
atacar, y frecuentemente amenazar a quien realmente está haciendo el trabajo
duro y difícil cada día. En lugar de tratar a sus colaboradores con la dignidad
y respeto que se merecen, se les vapulea, de forma que el desánimo, el
desaliento, la apatía y la falta de motivación se instala con asiduidad en
estos compañeros y finalmente es lo que a su vez se transmite, al resto de la plantilla.
No es la primera vez, y no será
desgraciadamente la última oportunidad en la que tenemos que seguir denunciando
estas conductas tóxicas que merecen la general reprobación y que en el Código
de Conducta publicado por la Dirección de nuestro banco están tipificadas y
expresamente prohibidas (ver apartado 2.1). Así que desde aquí reiteramos
nuestra petición de que alguien en un nivel superior al descrito procure
reconducir la conducta de estos Jefes que Desmotivan.
Mención aparte nos merecen, por
la reiteración de quejas recibidas, ciertos responsables por todos conocidos,
que llevan hasta extremos inconcebibles este tipo de actitudes, haciendo suya
la bandera del ninguneo, la falta de respeto y el menosprecio hacia aquellos
que día tras día LES sacan las
castañas del fuego. Incluso algunos van más allá, con la “ocurrencia” de “prohibir” los calendarios sindicales en
las mesas de trabajo, porque según su criterio, dan mala imagen. Y como
entendemos que todo tiene un límite, advertimos que una cosa es trabajar bajo
presión y otras saltarse a la torera la barrera del respeto incompatible con un
clima de afabilidad y cordialidad que debe presidir siempre cualquier tipo de
relación , en este caso la laboral.
Salud.
Enero 2014