lunes, 3 de febrero de 2014

Responsables Tóxicos

C
on el comienzo del nuevo año y continuando con la tradición los compañeros Directores de las distintas oficinas de nuestro banco siguen siendo convocados a reuniones por las distintas Direcciones Territoriales.

Si alguien aún conserva la ilusión de que se trata de reuniones donde se va a valorar el considerable trabajo hasta ahora realizado, reconociendo los muchos logros conseguidos y agradecer -un poquito- el gran esfuerzo realizado, está a punto de equivocarse.  Es bastante frecuente que en este tipo de reuniones se expongan los nuevos objetivos por los que trabajar, se planteen estrategias y se establezcan las directrices para afrontar estos desafíos. Pero sin tener en cuenta lo difícil que resulta obtener resultados en el contexto que nos movemos, no estaría de más que las personas que van a dirigir estas reuniones se esforzasen también, o al menos de vez en cuando, en motivarnos y dar aliento.

Desde CGT detectamos, además que estas reuniones suelen estar dirigidas por personas con exceso de liderazgo, cargadas de arrogancia donde se suele atacar, y frecuentemente amenazar a quien realmente está haciendo el trabajo duro y difícil cada día. En lugar de tratar a sus colaboradores con la dignidad y respeto que se merecen, se les vapulea, de forma que el desánimo, el desaliento, la apatía y la falta de motivación se instala con asiduidad en estos compañeros y finalmente es lo que a su vez se transmite,  al resto de la plantilla.

No es la primera vez, y no será desgraciadamente la última oportunidad en la que tenemos que seguir denunciando estas conductas tóxicas que merecen la general reprobación y que en el Código de Conducta publicado por la Dirección de nuestro banco están tipificadas y expresamente prohibidas (ver apartado 2.1). Así que desde aquí reiteramos nuestra petición de que alguien en un nivel superior al descrito procure reconducir la conducta de estos Jefes que Desmotivan.

Mención aparte nos merecen, por la reiteración de quejas recibidas, ciertos responsables por todos conocidos, que llevan hasta extremos inconcebibles este tipo de actitudes, haciendo suya la bandera del ninguneo, la falta de respeto y el menosprecio hacia aquellos que día tras día LES sacan las castañas del fuego. Incluso algunos van más allá, con la “ocurrencia  de “prohibir” los calendarios sindicales en las mesas de trabajo, porque según su criterio, dan mala imagen. Y como entendemos que todo tiene un límite, advertimos que una cosa es trabajar bajo presión y otras saltarse a la torera la barrera del respeto incompatible con un clima de afabilidad y cordialidad que debe presidir siempre cualquier tipo de relación , en este caso la laboral.

Salud.

Enero 2014