miércoles, 31 de octubre de 2012

Objetivos ambiciosos - ¿Para quién?


Estando claro que la reacción del Consejo para corregir la deficiencia de capital detectada según el informe Oliver Wyman es la realización de una ampliación de capital y así evitar la inyección de dinero público y la ingerencia de gestores externos, parece ser, a tenor de lo que desde Territoriales y Regionales se nos escribe diariamente, que en términos de PPAC se ha diferido el asunto como campaña preferente y exclusiva para que sea resuelto en la red de sucursales. 

Conocida sobradamente la dificultad de la tarea, no están escatimando esfuerzos para facilitarnos la labor organizando todo tipo de eventos y acciones: mini-reuniones, reuniones, macro-reuniones, cenas, correos, estadísticas, etc. En definitiva, nada de nada, es decir, como siempre.  Desde Territoriales y Regionales se envían pulcros listados en los que si los remitentes se detuvieran lo más mínimo en analizarlos comprobarían que rozan lo ridículo y carecen de rigor alguno, ya sabemos cómo han llegado a ser accionistas un gran número de nuestros clientes. Y desconociendo aún el precio de la acción y del derecho, dato más que fundamental, a las oficinas se les está bombardeando con la solicitud de datos diarios de operaciones teóricamente apalabradas. ¿Por que no nos cuenta el territorial, regional o comercial correspondiente cuanto es su compromiso particular alentándonos con su ejemplo? ¿Cuánto más va a invertir el Consejo para que la entidad mantenga su independencia? ¿Con qué criterio se han distribuido los objetivos individualizados? ¿Cómo se justifican ciertas operaciones de financiación a cambio de la compra de acciones? Se está dando el caso de que en alguna oficina y a la vista de  que los resultados obtenidos no son los “ambiciosamente esperados”, se está acusando de falta de profesionalidad e incluso amenazando a los compañeros. Desgraciadamente, una vez más, nos da la sensación que las Territoriales/Regionales viven su realidad virtual y esta tiene poco que ver con la durísima realidad de la red.
  
Esta situación que se nos presenta es muy preocupante para CGT, porque si está en juego la independencia de una entidad por la que su plantilla, una vez más, se está dejando la piel y lo único que recibe de sus directos responsables es presión, presión y más presión, no podremos olvidar que los artífices de esta situación calamitosa también presionaron y presionaron para cobrar suculentos bonus. La gran diferencia con otras campañas radica en que en ésta realmente todos nos jugamos algo, y en este caso, no son cifras más o menos holgadas de beneficios.

Si en cualquier ocasión el látigo nos sobra, parece que en esta, por su especial carácter no debería haber aparecido. De continuar así, intuimos que el camino tomado es totalmente equivocado.
Dicen que rectificar es de sabios.

Salud.