domingo, 30 de septiembre de 2012

El perfecto anfitrión


En los últimos días y por valija, hemos recibido una bonita caja con aspecto de divertido juego de mesa, con el que disfrutar de nuestro escaso tiempo libre. Algunos, en el momento de recibirla, pensamos que se trataba de una caja de ricos bombones, con los que la empresa nos obsequiaba con la muy tierna intención de endulzarnos el amargo periodo que todos estamos viviendo.

Pues nada de eso. Cuando rápidamente y con toda la ilusión del mundo, ¡¡¡SORPRESA; CUATRO GALLETAS!!! abrimos nuestro regalo A que va a ser verdad que nos quieren endulzar la vida.
¡¡¡Que simpáticos!!! Pero lo mejor viene a continuación cuando descubrimos el folletín que está en el fondo de la caja y lo ojeamos rápidamente, pues son las 8:05; hay que abrir la caja fuerte, asistir a la reunión del PPAC, arrancar los terminales, atender el teléfono, abrir el correo electrónico, los clientes esperando en la puerta, y de cinco que somos en la oficina solo estamos dos.

En un ejercicio de cinismo sin límites, y entre muchas otras lindezas, se atreven a decirnos, como debe ser nuestra sonrisa, de qué forma debemos vestir, como debemos llevar el pelo y hasta la cantidad de perfume o maquillaje que debemos ponernos. Las charlotadas las han protagonizado ya varios Directores Territoriales/Regionales que en un caso están regalando maquinillas de afeitar; desconocemos a cargo de quien. En otro caso y tras manifestar que el horario no se encuentra bajo regulación alguna, ha impuesto el que ha estimado oportuno.

Sencillamente la caja en cuestión nos parece insultante. En primer lugar porque su costo no puede ser barato, y si se niega el pan y la sal para los empleados en cualquier negociación ¿quién goza de semejantes presupuestos y cuál es el objetivo del mencionado regalo?. En segundo lugar, hace falta tener muy poca consideración para atreverse a realizar ciertas indicaciones a una plantilla que se está dejando el alma en vender una serie de productos, algunos fraudulentos a tenor de varias sentencias y que de ninguna manera son atractivos para la clientela. Y por último, es necesario padecer cierto cretinismo para recomendar así un protocolo de comportamiento a la plantilla que consiguió los objetivos del PLAN SUMA, o es que ya no lo recuerdan.

Mientras esto ocurre, las Direcciones Territoriales/Regionales a lo suyo, más horario, más presión, más amenazas y algún despido. Sólo podemos entender lo del horario, desde la premisa de que debe resultar vergonzante que los subordinados cumplan con su cometido en menos tiempo que el responsable de turno. En términos deportivos se dice que se juega como se entrena. De esta guisa resulta muy difícil repartir positivismo cuando los compañeros no reciben más que palos de sus “¿superiores?”.

Quizás deberían autoregalarse la cajita de “EL PERFECTO PATRÓN”. En esta, sobrarían las galletas, y se podría incluir entre infinidad de recomendaciones para que la plantilla trabajara realmente motivada y no por el terror que le induce “la superioridad”, un paquetito de tila.
Salud.

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