Resulta difícil mantener el optimismo que muestran los sindicatos que salen por la tele ante el recientemente firmado preacuerdo con AEB para el Convenio de Banca.
La congelación salarial resulta demoledora y se ligan, aumentos pírricos en el mejor de los casos y no consolidables, a un índice de productividad de referencia publicado por el B. de España a partir de datos suministrados por las empresas. Nadie ignora que la productividad en banca, no es achacable ni imputable a una plantilla que recibe órdenes y cumple objetivos más o menos ambiciosos, sino a quien idea ese diseño: las directivas de las empresas, que generalmente cuentan con retribuciones muy suculentas aunque permanezcan maquilladamente congeladas como en el caso del B. Popular.
Con este resumen de la realidad, ¿cómo se puede defender que AEB renuncia a sus pretensiones?
Con todo, lo más bochornoso de este preacuerdo es la nociva situación en la que las cúpulas de los sindicatos firmantes dejan a más de tres mil empleados en el B. Popular. Con este nuevo redactado especialmente concebido “ad hoc”, que estamos estudiando su posible recurso, se pretende abaratar el derecho que la legislación vigente nos otorga para finalizar voluntaria y anticipadamente desde el 1/1/2013 nuestra vida laboral a partir de cumplir 63 años de edad.
En el acuerdo para la exteriorización de los compromisos de pensiones para los empleados de B. Popular se establece que nuestros derechos consolidados y nuestro complemento final deben ser mayores cuando la primera edad posible de jubilación sean 63 años, que cuando esta edad sea de 65 años como ahora está establecido, en virtud del cálculo individual del PE de cada empleado. La rebaja de esta edad significa que al percibir menos pensión de la S.S. el complemento a cargo de la empresa debe aumentar su cuantía.
Como puede observarse la pérdida puede oscilar entre el 3,47% que equivale a 395 € anuales y un 26,30% que supone 3.531 € anuales. Esto sin tener en cuenta el ahorro en aportaciones para el promotor (empresa) para responder a los compromisos adquiridos.
¿A qué obedece pues la modificación del redactado de Previsión social complementaria que aparece en el preacuerdo si salvo al B. Popular a casi nadie afecta?
La decepción es generalizada, pero la más grande es la que se van a llevar los afiliados veteranos de los sindicatos firmantes que con su participación los mantienen, cuando afectados por la rebaja, se vean obligados a reclamar sus intereses contra el acuerdo que los dirigentes de sus organizaciones han firmado. Pronosticamos que más que verdadera protección les darán un folleto de consejos de autoayuda sin que ni siquiera hayan tomado nota de su denuncia. Salud.
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