martes, 18 de marzo de 2014

Cuando atención no significa cuidado

Hace poco se ha celebrado una nueva farsa disfrazada de Convención de directivos del Grupo Banco Popular en donde se ha evidenciado de nuevo a quién o quienes considera la Dirección del banco responsables de la morosidad y las quejas de los clientes de nuestra entidad.

Asustados por el incremento en 2013 de la morosidad y de las reclamaciones ante el Banco de España de clientes insatisfechos no dudan, sin ninguna vergüenza, de responsabilizar de estos hechos a la red operativa de sucursales y sacudirse de sus lustrosos trajes todo rastro de culpa.

Acostumbrados como están a tomarnos por sus tontos y sus burros, nos achacan el incremento de reclamaciones y quejas sin prestar atención a que el contenido de dichas quejas (dejando a un lado las referidas a las “cláusulas suelo” de las hipotecas) se refieren en un 99% al cobro de nuevas comisiones, decididas de forma unilateral por la Dirección del Banco, y en donde las sucursales no disponen de atribución ninguna para eliminarlas toda vez que las solicitudes de devolución tienen que ser necesariamente autorizadas por las Direcciones Regionales respectivas.

Sobre la morosidad, que podemos decir que ya no hayamos dicho. Ellos saben con absoluta precisión que con su gestión plagada de decisiones erróneas han sido los mayores responsables de los niveles de morosidad que muestra este grupo bancario. Esto es así, sin paliativos y sin excusas.

Contrariamente a lo que ellos sostienen, somos los integrantes de la red operativa los encargados de calmar y sosegar a los clientes, cuando se puede, para que no sólo desistan de poner una justa queja o reclamación sino que, incluso en algunos casos, no rompan mobiliario de la oficina o agredan a algún que otro compañero o compañera. ¿Dónde están ellos en esos momentos? Quizás plácidamente en sus cómodos despachos leyendo algún articulista hecho gurú de la prensa financiera
que aconseje reducir salarios para salir de la crisis.

Aun así, su última gran idea: parece ser que se tiene la intención de celebrar regularmente este tipo de eventos, indudablemente muy costosos, para ir desviando responsabilidades y encauzando miedos y ambiciones. En CGT creemos que con el mucho dinero gastado en este tipo de encuentros vacíos bien podrían incrementar los congelados sueldos de aquellos que dedican tiempo y esfuerzos para que ellos, dígase la Dirección General, puedan cobrarse sus fastuosos bonos.

Salud.

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